El frío no impidió que miles de corredores se echaran las calles de Jaén, entre el calor de las antorchas y el público, para participar en la carrera de San Antón. Tan solo hay que ver las imágenes de las calles, repletas de colorido, para comprobar que fueron muchos los corredores, y también asistentes detrás de las vallas, los que celebraron una noche mágica para Jaén.
Después de la carrera, llegaron las lumbres de San Antón en diferentes barrios de la ciudad. Y a su alrededor no faltaron el vino, los melenchones y, por supuesto, ¡las rosetas! Pocas cosas hay tan típicamente jienenses como poder comerse unas rosetas al calor de las hogueras, sobre todo en noches tan frías como esa.
En Santo Reino, también aportamos nuestro granito de arena a esta tradición. Y lo hicimos como siempre, con nuestra fábrica a pleno rendimiento para producir todas las rosetas necesarias para un día tan especial. Por eso, quisimos invitar a unos cuantos vecinos de Jaén a visitarnos. Allí pudieron comprobar el proceso de elaboración de este manjar y su posterior envasado. Además, ¡también pudieron degustarlas y llevarse a casa algunas bolsas! ¡Había que tener provisiones para la noche!
Terminó así una jornada llena de deporte, compañerismo, superación y tradición.
¿Qué decís, nos vamos entrenando ya para la próxima edición de 2018?